jueves, 20 de noviembre de 2008

Yo escribo!



Escribo,
cuando despiertan los recuerdos dolorosos
que entre mis carnes duermen sigilosos.
Y despiertan eufóricos, como jóvenes revolucionarios,
como la pequeña niña que amarra su muñeca a su cintura,
o como el hombre que besa a su doncella por vez primera.
Escribo, aunque mi cuerpo se niegue.
Mi mente se vuelve dueña y señora de mi individuo
logrando que el bolígrafo dance libre entre mis dedos,
escurriéndose la tinta a través de las hojas,
como cuál rocío de alborada en los rosales.
Y de las lágrimas azules nacen palabras,
palabras que renacerán en los ojos de otros.
Porque ahí está el deleite, el dulzor de mi don
soy el único que logra que otros carguen
con el mismo tormento, que en mi espalda cargo yo.

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